¡Hola, querido lector! Hace ya casi 5 meses que realicé el viaje a Irlanda y el UK. Pensé que podría escribir de manera fácil y fluida, pero la verdad es que no. Uno de los sentimientos más horribles que sentí al realizar este viaje fue el no poderle contar nada a mi papá, no le dije nada porque no quería que se preocupara por mi. Me hubiera gustado mucho compartir todas mis patoaventuras del viaje, cada lugar que visité, cada metida de pata que tuve por mis necedades, cada bocadillo que probé, cada cerveza que me tomé. Lo difícil no fue viajar sola, lo difícil fue viajar en una soledad inmensa. Separarme de las personas que más quiero por 15 días, dejar mi zona de confort por 15 días, mi casa, mis mascotas, mi persona especial (quien me apoyo en todo esto) y confiar en que todo estará bien. Mi preocupación número uno, era mi papá. Lo iba a dejar solo y nunca supo que me fui de viaje. Cuando regresé fui a verlo y lo primero que hice fue llevarle los chocolates carísimos de Y...
¿Alguien vio la aduana? ¿en qué momento pase de la República de Irlanda a Irlanda del Norte? ¿no tenía que enseñar mi pasaporte? La última vez que lo enseñé fue cuando llegue al aeropuerto de Dublín que me pusieron el sello de la Unión Europea. Pues sí, amigos, cambié de país, en algún momento del viaje, no supe cuándo, no supe en qué momento, les prometo que no fue porque me quede dormida (ni me dormí), simplemente no hubo aduana, como si no hubiera cambiado de la EU a UK. El camión me bajó en una calle perdida de Belfast. No estaba segura donde estaba, así que fui en busca del internet gratuito de algún Starbucks. Caminé menos de 2 minutos y voilà. Cheque el mapa y tenía dos opciones: caminar 20 minutos con la maleta o pedir un Uber o algo así... Decidí caminar. Recuerden había cambiado de país, adiós euros, hola libras esterlinas. Estuvo bien caminar y reconocer el barrio universitario y el lugar de donde saldría al tour de la Calzada el Gigante . Sí fue cansado, pero el camino...