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Diario de viaje: DUBLIN/REPÚBLICA DE IRLANDA

Dije que haría un diario de viaje, y pues no, no escribí nada en mis vacaciones, de hecho ya hasta pasaron varios meses desde que regresé y no he escrito nada al respecto.

Así que vayamos desde el principio. Mi vuelo salía un jueves para llegar al primer destino en viernes. Como siempre esperaba no encontrarme a nadie, porque me sentía muy sentimental, no podía contener las lágrimas, muchas emociones, estaba totalmente asustada, en pánico y en ese momento debí acordarme de la "Guía del viajero intergaláctico" y su portada "DON'T PANIC", pero la verdad ni me acordé. Sentía mucho miedo pasar la aduana de Estados Unidos, y fue lo más tranquilo del mundo, lo mismo la maleta y todo eso. A mis adentros solo repetía, una y otra vez: "I'm in tansit, I'm in tansit, I'm going to Dublin". Justo en el aeropuerto de Dallas empezaría mi batalla con el inglés que no quería salir de mi, entonces, hablé un inglés muy chafa y trunco todas las vacaciones.

Como buena viajera, sabía que debía llevar un montón de cables para el avión, pero no tenía ninguno, y en Dallas me hice de todas las chinches que necesita un viajero para no quedarse sin batería del celular, porque a parte decidí viajar sin cámara, todas las fotos las tomé con mi iPhone Pro Max 12.

Entre compras de último minuto y una comida-desayuno rápida, llegue a la sala de donde saldría a Dublín. Pocos mexicanos íbamos a Dublín. Creo que de todo el vuelo solo íbamos como 10.

Después de muchas horas llegamos a Dublín, mi mente se puso en modo viajero, atenta a todo. El objetivo era llegar al hotel, ¿cómo?, en lo más barato: autobús. Como en todos los aeropuertos, terminas caminando y caminando, sientes que no llegas a ningún lado, y sigues, y sigues caminando. Pase por un túnel lleno de jerseys de famosos futbolistas, pero no de futbol soccer, sino de futbol gaélico, que es el deporte nacional de Irlanda y el UK (bueno al menos de Irlanda del Norte y Escocia... Escocia se parece más a los Irlandeses que a los Ingleses, en mi humilde opinión).

Como es de costumbre, no dormí casi en el vuelo, con la emoción de llegar a mi destino. 

Como pude compre del boleto de autobús que me llevaría a unas cuadras del hotel, o algo así, no estaba segura donde me iba a dejar. Ya relajada, no sé si porque ya tenía el boleto del autobús o porque apestaba a mota, me puse a tomarme selfies y descubrí que tenía unas ojeras que ni el maquillaje más chingón me las iba a poder tapar.


Pues en efecto el autobús me dejó en la esquina de la cervecería Guinness y cruce el río, caminé dos cuadras y listo, estaba en el hotel más barato del viaje, pero el más horrible de todos, porque parecía hostal, ¡es más! hay hostales más bonitos y baratos que ese hotel. Deje maletas y empece mi aventura por Dublín. Me fui al centro a buscar el lugar de encuentro de mi primer tour por el casco histórico de Dublín. Pero faltaban unas horas para ese encuentro, por mientras fui a desayunar. ¡Oh sorpresa! los irlandeses toman desde temprano, desde temprano (antes de las 12 pm) ya están los bares abiertos, listos para recibirte con una cerveza y música en vivo.


Pues bueno, mi tour inicio en el centro de Dublín ¿les digo algo? todo lo que dijo el guía ya me lo sabía... ok, no todo, pero la mayoría ya me lo sabía y terminamos justo en el lugar donde Joseph Plunkett fue apresado (¿se acuerdan que escribí sobre él en otro post?), y le comenté al guía que quería ir a la Kilmainham Gaol Museum, pero no había encontrado boleto disponible y me dio el tip de irme tempra a ver si conseguía entrar, que por lo general había cancelaciones. Fue un tour muy agradable y cuando terminó me fui a San Patricio, sentí que se lo debía a mi mamá, a mi papá y a mis papás putativos, a pesar de que ya no era una iglesia católica ¡Sí, amigos!, como lo leen, San Patricio ahora es una iglesia protestante, pero esa es otra historia. Cuando llegué ¡oh sopresa! estaba cerrado. Pero, tiene un parquecito muy lindo, tome unas fotos y recibí una llamada de mi ex-jefa, jajajajajaja, "Mariana, ¿cómo estás? oye una amiga va ir al museo como a las 12:00, ¿habrá alguien que le pueda dar una visita guiada?" jajajajajajajaja, estuve tentada a no contestar, pero nada me costaba, solo iba caminando por la calle, entonces le contesté: "¡Hola, Piti! Ando en Dublín, pero si quieres márcale a Ana, no creo que haya problema, seguro hay alguien que los pueda a atender".


Ese día, mi día terminó temprano, fui al hotel, me bañé y me dormí, porque al día siguiente me iba los "Acantilados de Moher"y tenía que estar con Molly Malone a las 8:00 am.

Pues sí, me desperté muy temprano, agarre el tranvía (de €2 el viaje) y me dejó en el centro, caminé y caminé, y me perdí, pero llevaba tiempo de sobra. Fue lindo ver la ciudad sin gente, muy tranquila, sin bullicio. Entre como a una especie de Oxxo para comprar municiones para el viaje, ya saben lonchibon, jueguito de naranja, café y así. Un café medio feo, debí ir al Starbucks, pero sentía que me dejaba el camión, jajajajajaja, un sentimiento que me perseguiría el resto de las vacaciones. Total, con café feo en mano y una barrita Kellog's me fui con Molly Malone y me puse a escuchar su canción, mientras veía a un gato menso regordete tratando de cazar a unas palomas, pero era más lento que Rafita en un maratón. 



Llegó el camión, me trepé en el camión y ahora sí "la aventura nos aguarda". Hace mucho que no sentía una emoción tan grande por llegar a un lugar. Había soñando con conocer los acantilados desde hace fácil 5-6 años, no creí cumplir el sueño. Estas vacaciones me centré en visitar el patrimonio natural, porque sé que en cualquier momento puede desaparecer.

En el camino a los Alcantilados, hicimos breves paradas, aquí, allá, un castillo por ahí, tienditas, y demás. Por fin llegamos al destino, empezó a llover, había mucho aire, recorrí lo más que pude, lo más rápido posible. Me encontré a un tipo con crocs, y me acordé de mi hazaña trepando un volcán con crocs. Fui al museo y fui a las tienditas. Ahí compré cruces de Santa Brígida para todas mis tías, para que protegiera nuestros hogares y familias. Santa Brígida de Kildare es mi nueva santa favorita. Es una de las santas patronas de Irlanda, junto con San Columba y San Patricio, y su historia en la cultura popular es otra historia que se merece contar, pero ya será en otro post.

Regresamos a Dublín, cansada, mojada, superando un microinfarto, porque pensé que se me había perdido el celular. 

Llegue al hotel, cafecito, bañada y a dormir, porque al día siguiente seguía el tour de Guinness y el Libro de Kells. Son recorridos que puedes hacer por tu cuenta, pero cuando compras el tour, te evitas filas, por eso recomiendo ampliamente comprar un tour. El guía se encarga de tener tus entradas. 

Al día siguiente seguía lloviendo. Lo bueno es que me había ido preparada y llevaba mi miniparaguas (muy practico por cierto) y me la pase caminando por el centro de Dublín. Desayuné en una cafecito donde me recibieron con el "no se va, no se va, no se va"... Esperaba que se quitara la lluvia, pero no se quito. Entre a una Iglesia católica, para rezar los 3 padres nuestros y los 3 aves marías (tradición de la abuela Chaya al conocer una iglesia nueva) que no pude rezar en San Patricio. Pedí por mi papá, mis papás putativos y el chico R. Había una chica drogándose en la entrada. Sentí feo.

Tuve intenciones de entrar a la otra catedral protestante de Dublín, que es la iglesia de la Santísima Trinidad, pero me desvié un poco y decidí entrar al "pintoresco" museo de Dublinia, que cuenta la historia y la herencia cultural vikinga en Irlanda, y que sigue vigente hasta ahora, obviamente, no completa, mezclada y modernizada. Los irlandeses tuvieron varios reyes vikingos. Digamos que de este tema no leí nada. Ignorante yo, tan fan que soy de los vikingos y no leí nada antes de llegar a Dublín. Si contamos, casi conozco todos los lugares donde hubo vikingos, solo me falta Islandia, Groenlandia y Canadá.

No recomiendo el museo, pero si te interesa el tema, y como yo, no leíste nada de los vikingos irlandeses, vale la pena visitarlo. Pero no aceptan la tarjeta del ICOM.

Terminada mi visita en Dublinia, me acerqué al lugar de donde saldríamos a la Guinness y al Libro de Kells. Visitas imperdibles de Dublín.

La visita de Guiness, nos da la noción de la historia de una familia dublinesa que creo una de las cervezas más emblemáticas de Europa, que tiene un sabor característico, que no todos la toman, que no todos saben servirla y muchos saben disfrutarla (sobre todo en Inglaterra). Contaban la historia y proceso de elaboración de la cerveza, y terminas el tour tomando una pinta de cerveza, en el mirador, donde se ve toda la fábrica y parte de la ciudad de Dublín. Lo malo del tour, es que tienes solo 20 minutos para tomarte la cerveza.



Continuamos rumbo a la Trinity Collage, la universidad que mandó construir la reina Isabel I, la primera universidad protestante, donde estudiaron gente famosa como Bram Stoker (Dracula), Oscar Wilde (poeta) y Eddie Redmayne (Newt Scamander), y resguarda uno de los libros más antiguos del mundo, que es el libro de Kells (que merece otro post para él solito). La biblioteca es la segunda cosa más famosa que tiene la universidad, es una joya arquitectónica que resguarda el patrimonio del conocimiento y una pieza emblemática para todo dublinés: el arpa, símbolo patriótico de Dublín. Siempre estar frente a objetos que tienen miles de años, y que se resguardan y se cuidan es bonito, es un sentimiento que no se puede describir.



Como soy muy intensa, decidí tomar un tour en el museo del Whisky. Ni me gusta, ni supe que pedí, pero gaste una buen dinerito. Mi papá debió conocer Irlanda, cuando aún era joven. Fue ahí donde entendí que este viaje llego en el momento perfecto, cuando tenía dinero y tiempo para realizarlo y como dice la canción de los Rolling Stones "You Can't Always Get What You Want", pero uno trata de tener lo más que puede, con los recursos que tiene. Muy recomendable el Museo del Whisky, que está justo en frente de la Trinity Collage.

Un domingo, fue mi último día en Dublín, me quedaba pendiente revivir la lucha por la independencia de Irlanda. Si hacemos un recuento del tiempo que llevaban luchando por su independencia, nos tendríamos que varios siglos atrás y pensar que apenas en el S. XX lo lograron, habla de la perseverancia de los irlandeses y de la valentía, miren que vivir bajo del yugo inglés, seguro no fue nada fácil. Parte de esa historia se cuenta en el museo de Kilmainham Gaol. Cuando ya tenía mi viaje asegurado, y quise agendar cita en el museo, ya no había boletos disponibles, pero el guía del día 1, me comento que podía haber cancelaciones de último minuto, que me lanzara temprano y buscara boleto. Hay que recordar que a la 1 pm tenía que estar en el aeropuerto porque mi camión salía a Belfast. Tenía el tiempo muy justo, pero no quería dejar de pesar ese lugar.

Me fui super temprano, deje el check-out listo, maleta, todo, solo para volver al hotel y salir corriendo al aeropuerto.

Amigos, valió la pena. Y es que conocer la historia de amor de Joseph Plunkett y su amada Grace Gifford, y que ambos lucharon por la libertad de Irlanda, es super emotivo. Ambos trabajaban para un periódico, ambos buscaban la libertad. Tenían pensado una rebelión en contra de los ingleses, pero fueron apresados y Joseph Plunkett fue condenado a muerte por traición a la corona inglesa (entre otras cosas). Como último deseo pidió casarse con su amada Grace. Los únicos testigos de la boda fueron soldados que custodiaban a Plunkett. Después de la ceremonia religiosa, Grace abandonó la cárcel y 8 horas después Plunkett fue fusilado. Grace no se volvería a casar y seguiría luchando por la libertad. Parte de esta historia de amor, fue contada en una bella canción compuesta por Frank y Sean O'Meara en 1985, interpretada por Jim McCann. Una de las versiones que más me gusta de esta canción, es la que cantan a capela Róisin O, Aoife Scott y Danny O'Reilly desde Kilmainham Gaol.


Así terminaría mi estancia en Dublín. Un trayecto de dos horas me llevaría a Irlanda del Norte, donde más historias y cosas viví en mis vacaciones.

Siento que conocí un poquito de todo lo que hay en Irlanda. Sigo pensando que lo mejor es recorrer toda la isla en carro, ojalá algún día tenga la oportunidad y que Irlanda y en especial Dublín es más que los festejos de San Patricio, bares con música en vivo y borrachera.




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