Hoy hice algo que a lo mejor no debí haber hecho: tomar café como cena… ¿acaso no quiero dormir esta noche? ¿Acaso me gusta sobre pensar las cosas? ¿Acaso quiero platicar con mis demonios y amanecer toda jodida en unas horas? Parece que sí.
Sigo pensando en esa puerta que se abrió hace unos días. Yo me sentía muy mal, tenía que supervisar unas cosas en el trabajo y prácticamente me fui en vivo, porque dormí a lo mucho unas 3 horas. Pero no me sentía mal por estar desvelada, me sentía mal porque este mes tocaba que el cólico me tumbara, y está vez no tuvo piedad, me dieron calambres, nunca en mi vida me había sentido así, los calambres me hicieron gritar del dolor, dos tres veces, mientras estuve en la oficina tratando de trabajar, sin mucho éxito. Las piernas las sentía pesadas, me sentía más hinchada que el Marshmallow Ghost, me dolía la espalda, sentía una pesadez terrible, mágicamente no amanecí cruda, todo los achaques eran de mi periodo menstrual, que desde la vacuna del COVID, se han intensificado muchísimo. Les juro que a veces siento que es un simulacro de estar embarazada por unos días, las caderas no las soporto, el dolor de la espalda baja me mata y mis bubs super hinchadas y sensibles. A veces siento que el dolor con espasmo es muy parecido a la de una contracción. Mis compañeras del trabajo, que han sido madres, dicen que el dolor del cólico es nada en comparación a una verdadera contracción, pero que tal si ellas no tuvieron cólicos como los míos.
Pues ahí estaba yo, tratando de trabajar a puerta cerrada, pero cada 5 minutos me interrumpían para preguntarme algo y en unas de esas “llamadas”, no escuché que tocaran, simplemente se abrió la puerta, está bien estoy acostumbrada a que a veces no toquen, y me asomé para ver quién había tenido tal osadía de entrar sin anunciarse, y solo vi que la puerta se abrió, pero no había nadie. ¿Saben? En el momento no dije nada, pero sentí que alguien entró, no sé cómo explicarlo, simplemente algo entró. A los 15 segundos se asoma una de mis chicas del equipo y me dice: “se abrió sola ¿Verdad?”, seguro me dijo más cosas a las que no puse atención y solo le volvió a cerrar. Haya sido lo que haya sido, se quedó en mi oficina.
Al día siguiente volví a la oficina, la abrí, olía a tablarroca mojado y recordé lo que había pasado antes ¿seguirá ahí? ¿Quién habrá entrado?
Comentarios
Publicar un comentario