París es una de las ciudades más bonitas del mundo, o al menos eso es lo que dicen muchas personas. Es la capital de uno de los países europeos más poderosos, Francia. Y se habla uno de los idiomas más bonitos del mundo, o al menos eso es lo que dice la gente.
En efecto París es una de las ciudades más bonitas, llamada la "ciudad luz", uno de los destinos turísticos más recurrentes. Durante mucho tiempo fue la cuna del arte y la estética, donde afloraron (me caga esta palabra) los estilos y corrientes artísticas modernistas, donde surgió la vida bohemia que todo artista (realizado o frustrado) aspira en algún momento de su vida. Woody Allen se imaginó ese universo bohemio en su película "Midnight in Paris", donde se vía a escritores, pintores, escultores, personalidades de la farándula y deportistas convivían en el mismo universo, interactuaban y se complementaban en sus procesos creativos y productivos. Fue una bonita y utópica "Fábrica de arte" o al menos eso es lo que nos imaginamos o nos han hecho creer los historiadores y cronistas.
En fin París, no solo es arte, quizá tenga los museos con colecciones impresionantes y con gran valor patrimonial (estoy hablando claramente del Museo de Louvre), pero en sí, la ciudad como tal tiene joyas arquitectónicas que nos cuenta el pasar del tiempo a través de edificios hermosos que engalanan el paisaje urbano. Su arquitectura es quizá una de las razones por las cuales París sea una ciudad tan fotogénica y que hace lucir el trabajo de cualquier fotógrafo o pintor que trata de capturar y mostrar a su manera, la esencia de la ciudad.
Es el escenario perfecto para vivir una historia de amor y chalalalá... Confieso que me gustaría tener una historia de amor en esa ciudad, aunque ya es un poco trillado usarla como locación... No soy Amélie, no soy nadie de todos los protagonistas de Paris, Je t'aime (bueno sí, quizá un poco la señora soltera que se va a pasear a París con sus ahorros y practica lo aprendido en sus clases de francés, aunque no aplica del todo conmigo: 1. Porque dejé las clases de francés, 2. Porque es gringa la morra y pos yo mexicana y 3. Porque con mis ahorros iría a cualquier lugar menos París), tampoco soy Adele cantando "Someone like you" mientras pasea a la orilla del Río Sena (bueno está bien, sí soy un poco Adele cantando "Someone like you", pero sin talento para el canto... Aunque, ¿les digo la verdad? No creo que cantaría esa canción, tal vez cantaría otra o a lo mejor cantaría "Champs Élyséss" a la Joe Dassin, pero sigue sin una idea trillada y falta de creatividad u originalidad).
París también puede ser escenario de la desdicha y el desamor ¿Habían pensado en una ciudad para vivir y experimentar la desdicha en los lares amorosos? ¿En qué ciudad les gustaría vivir la amargura de un amor no correspondido o un amor imposible? ¿en qué ciudad le gustaría vivir un experiencia emo? ¿Por qué no París? Se vale vivir la desdicha en un lugar bonito ¿no? Vean la historia de Antonieta Rivas Mercado, una niña bien que era promotora cultural, novia o pareja de intelectuales de su época y que terminó su vida en la iglesia de Notre Dame, totalmente permitido. No hay regulaciones para sentir, puedes sentir lo que quieras en donde sea.
El asunto, amigues, es que París no es de mis ciudades favoritas en el mundo (recuerden que soy medio rara en gustos, no soy la única que piensa así, seguro habrá más gente que coincida conmigo), pero hay que darle una oportunidad a que cada quien viva los destinos turísticos a su modo, no porque no me guste París voy a darle una mala reseña a la ciudad, y menos echarle a perder un viaje a una amiga, después de que gastó sus ahorros para conocer esta ciudad. Así es amigues, hice una guía de París, pero no cualquier guía, obvio, no soy Alan por el mundo, y hace más de 10 años que visité París y las ciudades mutan día con día, seguro si visito París (que no creo porque #covid19) mañana, me toparé con miles de cosas nuevas. Pero cuando visitas un lugar, la mitad de la experiencia la haces tú mismo, si visitó París ahora la viviré de un modo totalmente diferente que hace 10 años y más este 2020 que ha estado cargado de emociones fuertes, como diría Molotov.
Como la mitad de la experiencia depende de ti, cuando le hice la guía a mi amiga puse en la lista de Must-Visit, lugares que le pueden ser significativos y no tanto lugares que a lo mejor la van a dejar con un "meh". Obvio los lugares por excelencia de París: la torre Eiffel, Museo de Louvre y demás. Pero mi amiga es musical (es difícil de explicar lo tanto que le gusta la música, tiene gusto algo intelectual, muy exquisito), le gusta el arte, todo lo underground y otras cuantas cosas. A partir de esa información empecé a investigar sobre lugares que podrían gustarle y le hice una muy buena selección de lugares, entre el arte, la música y los destinos por excelencia.
Al elaborar esta guía, tuve que hacer una pequeña investigación y me di cuenta que de París no había conocido nada, quedarte con lo que ofrece una agencia de viajes, los must visit de páginas de viajes o Trip Advisor no es suficiente. Me enamoré tanto de la nueva vibra de París y de lugares poco conocidos que obviamente me dieron ganas de volver, sola o acompañada, enamorada o triste por un amor no correspondido o una ruptura reciente. Fue a partir de hacer esta guía que me enamoré de París, me llenó de ilusión visitarla otra vez, pero no puedo ir, prometí ahorrar para cambiar mi carro este año.
La verdad amigues, este post lo empecé a escribir antes de que falleciera mi mamá, lo deje a medias. Cuando lo empecé no había COVID en Europa, sólo estaba en China y no se veía como un problema o pandemia mundial y me daban unas ganas inmensas de acompañar a mi amiga a este viaje por Europa, pero no tenía suficiente dinero. Mi amiga no ha podido realizar su viaje en el cual visitaría no solo París, también otras ciudades como Berlín, Praga y Amsterdam.
En mi mente los deseos de viajar, se han quedado de lado y parte de ese deseo de volver a París o incluso a Berlín se han convertido en una especie de sueños sin sabor, sin sustancia. Viajar en estos momentos con COVID o sin COVID es como una sensación agridulce. Mi mamá me enseñó a viajar, a descubrir otras culturas y costumbres. Algo dentro de mí, siempre me dijo que aprovechara viajar con ella, porque en algún punto ya no lo haría y creo que ahora ha llegado ese momento. Extrañaré todas esas veces que peleamos mientras viajábamos, todas esas anécdotas de metidas de pata, de cosas perdidas, tesoros encontrados en el camino, su espíritu de aventura... Cuando se termine la pandemia, espero poder seguir viajando, no sé a dónde, no sé si quiero ir acompañada...
PD.- La foto tenía un sentido en este post, pero lo he olvidado... Por cierto si quieres la guía de París puedes solicitarla por correo electrónico a mar6_66@hotmail.com
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