Hay veces que me dan unas ganas enormes de tener miles de seguidores y ser famosa, pero después me acuerdo que eso sería tener más responsabilidad por ser una persona pública y debería cuidar los contenidos que comparto, es cuestión de ética.
Desde diciembre del año pasado a la fecha, cambió mi puesto en el trabajo y eso me hizo cambiar mi manejo de redes sociales... bueno no demasiado, pero por ejemplo en Facebook cambié mi nombre, digamos que tenía ese "alias" por pura paranoia, entre si un ex me acosaba, entre que la inseguridad y entre mi modo antisocial, configuré todo para que nadie pudiera encontrarme, o al menos no tan fácil. Ese alias tristemente ya había cumplido su ciclo, ese ex ya no me acosaba, ya hasta lo tenía agregado de amigo en Facebook y por fin después de muchos años, entendió que lo mío, lo mío no son las relaciones, en especial con él y le sigo teniendo mucho cariño y lo considero una persona importante en mi vida, pero hasta ahí. Ya no doy clases, entonces ya no me importa si mis alumnos me buscan. La inseguridad ya la normalizamos (tristemente). Por último, algo que no quité de la configuración de FB es que apareciera en el buscador, eso me da un poco de derecho de a ver a quién le doy aceptar. No soy tan fácil, amiguitos.
Hasta que di contigo. Te busqué por años
–Christian N. (mi alumno en la ULSA)
En Twitter, siempre he mantenido un perfil bajo, porque en efecto es como un escape, es donde uno escribe ideas, a veces random y la verdad es que no espero que alguien lo lea o que interactúe conmigo (salvo, cuando le escribo a @UPS, @Telmex, @Megacable, @Telcel, @Hugo The Angry Toe o @CoreyTaylorRock). La verdad ni mis amigos usan Twitter y mejor, pero lo que no sabes es quién puede llegar a leer lo que escribes. Posiblemente la persona que menos pensada.
Hace unos días publiqué algo relacionado con lo sucedido con mi mamá el año pasado. Primero lo escribí con intención de publicarlo, pero al acabarlo de escribir, sentí miedo, porque era algo muy íntimo. La verdad no he hablado mucho sobre lo sucedido hace un año.
El asunto es que si lo publiqué, lo publiqué al día siguiente y me dio curiosidad ver el "impacto" del tweet y para mi sorpresa en unos cuantos segundo ya llevan 122 vistas, cosa atípica, porque no había puesto hashtags y no había TT mencionados en la publicación. Eran 122 vistas (más o menos) que en realidad no tenían ningún peso porque no eran "vistas reales", era posible que muchos solo hayan dado scroll y no se hayan detenido a leer. Es a lo que me gusta llamar una "falsa vista".
Unas horas después el tweet había alcanzado unas 228 vistas. En realidad no es gran cantidad de vistas. Para mis estándares y lo común son muchas vistas. Mis tweets comunes solo llegan a tener a lo mucho unas 80 vistas y cuando son como muy exitosos.
Esas 228 vistas, tenían solo 16 interacciones, que es un indicador mucho más certero para conocer el impacto de la publicación. Es engañoso ver 228 vistas, cuando en realidad lo que vale son las interacciones, eso quiere decir que 16 personas pasaron al siguiente nivel, al leer el hilo de la historia (que conté en 3 partes o en 3 tweets). En realidad, no me había convertido en alguien famoso, pero por alguna extraña razón aparecí en el algoritmo de otros usuarios y leyeron el post, pero no fue de relevancia, ya que solo 16 personas continuaron leyendo.
La verdad es que Twitter es una red social noble, poderosa y libre (la mayor parte del tiempo) y por lo mismo que de alguna manera sigues siendo anónimo en un mundo de usuarios al rededor del mundo y nunca sabes quién te pueda leer, a veces no estoy segura si quiera que mis seguidores-amigos leen lo que escribo o leen a destiempo.
No recibí "me gusta" hasta como las 8 pm (cuando el tweet fue publicado como 3-4 horas antes). Pero antes del me gusta recibí dos mensajes por WhatsApp y fue cuando me di cuenta que no tenía idea de quién me leía y como tomaba mis palabras, que muchas veces son tontas, sosas, superfluas, sin contenido, etc., con las que busco compartir emociones y pensamientos.
❤️❤️❤️ por tu tweet tan bonito
Y tan honesto ❤️ abrazo grandeeeeee
–Sergio G. (amigo y compañero de trabajo y maestría y así)
Cuando vi su primer mensaje con los corazoncitos, sentí algo muy bonito. Estaba con otra persona cuando lo recibí no pude evitar no llorar, pero ni siquiera podía hablar sobre el mensaje en ese momento, porque se me quebraba la voz. Es algo que no podía describir ¿qué pasó? ¿por qué me hizo llorar?... Lo comparo con el momento en que un amigo de la primaria (el único que fue al sepelio de mi abuelo) me dio el pésame, no había llorado en ese sepelio hasta ese momento en que me abrazó y me dijo "lo siento mucho", las palabras más trilladas del mundo, pero viniendo de él, tenían un peso enorme.
Son momentos en que conmueves con tus palabras, haces que el prójimo, amigo o conocido entienda por lo que pasas, y quizá fueron unas palabras tan sinceras y sencillas que lograron que conmoviera por lo menos a una persona. No me gusta hacer llorar a la gente y menos a amigos, pero es bonito llorar con ellos y que ellos lloren contigo, aunque muchas veces no entiendas porque lloras con ellos y porque ellos lloran contigo.
Ya no es drama, el drama se ha normalizado un poco después de lo que ha provocado el COVID-19.
Que es lo que me ha pasado últimamente. Tal vez sea la luna, tal vez sean los tiempos padémicos, tal vez sea la 4T, no sé, pero las últimas dos veces que ido al café con una muy, pero muy querida amiga, hemos terminado llorando y a moco tendido, le lloramos al 2020, que nos dejo grandes heridas que aún no sanan, aprendizajes, frustración, incertidumbre, etc., pero lo mejor es que seguimos acompañándonos hasta en estos momentos difíciles. Nos escuchamos mutuamente y nos damos ideas para seguir adelante, porque de eso se trata.
Pero bueno antes de terminar el post, les comparto lo que dije en Twitter y si quieren seguirme pueden hacerlo @malcis_tb
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